“Si se mantienen las tendencias inalteradas, sin redistribuir los consumidores de elevado ingreso a los de bajo ingreso, sin cambiar de bienes y tecnologías de producción contaminantes a otras más limpias, sin fomentar bienes que potencien a los productores pobres, sin cambiar las prioridades del consumo para cambiar de la exhibición conspicua a la satisfacción de las necesidades básicas, los actuales problemas de consumo y desarrollo humano se agravarán”
(Informe de Desarrollo Humano del PNUD(1), 1998)
Estamos atrapados por una cadena de consumo moralmente cuestionable y adicionalmente no sostenible, cediendo a los halagos del marketing que nos induce a comprar, construir y consumir más de lo que necesitamos.
Muchos estudios han demostrado el alto e inadecuado consumo que la humanidad hace de los recursos de nuestro planeta. En los últimos cincuenta años, la humanidad ha consumido más recursos que lo que consumió en toda la historia anterior. Ante todo este consumismo desbordado, los vertederos y la gestión de residuos se encuentran entre las principales preocupaciones ambientales para la comunidad mundial.
Debemos ser conscientes y estar de acuerdo con los ecologistas en lo que sugiere que a finales del siglo XXI, dado nuestro actual ritmo de crecimiento de la población y el consumo, el mundo entero se quedará sin alimentos, agua y vivienda para sus habitantes.
Todos queremos agua y aire limpios, buenos trabajos y un futuro mejor para nuestros hijos, pero esto no es lo que le decimos a las grandes empresas cuando vamos de compras. En su lugar, les decimos que sigan haciendo las cosas como las están haciendo.
Por ejemplo, cuando compramos papel "virgen" (papel hecho directamente de los árboles), le decimos a las empresas de papel que pueden talar los bosques y que esto realmente no nos interesa. Si por el contrario, solamente compramos papel reciclado (papel hecho de papel), le estamos diciendo a las empresas que nos interesa un producto que no contribuya a acabar con nuestro ecosistema. Para poder hacer negocio con nosotros, van a tener que ofrecernos alternativas limpias y ecológicas.
Los consumidores, tienen un poder increíble sobre las grandes empresas. Estos últimos necesitan el dinero para sostenerse, y harán lo que sea necesario para conseguirlo. Todo lo que tiene que hacer el consumidor es decirles que es lo que quiere a través de sus compras.
Tradicionalmente, nuestras decisiones de compra se han hecho sobre la base de gustos, calidad y precio. Sin embargo, con la creciente preocupación por el medio ambiente y los derechos humanos en todo el mundo, debemos evaluar nuestras compras adicionándoles consideraciones sociales y ambientales. A este nuevo enfoque de las compras que se le denomina Consumo Responsable.
Tomar buenas decisiones que nos lleven hacia un Consumo Responsable consiste en examinar las alternativas existentes, haciéndonos preguntas mientras compramos. Por ejemplo: ¿Este producto está ligado a la economía local?, ¿Es de producción local?, ¿Esta empacado de manera eficiente y ecológica?, ¿está hecho y empacado con materiales reciclables?. Los productos orgánicos certificados, por ejemplo, se cultivan sin el uso de plaguicidas tóxicos lo que ayuda a conservar la tierra y por consiguiente nuestra salud.
Siguiendo con algunas recomendaciones, las bolsas grandes de alimento para mascotas, pueden ser guardadas y utilizadas en lugar de bolsas plásticas para la basura. Guardar los trapos y utilizarlos adecuadamente en lugar de toallas de papel. Cortar el papel usado que tiene un lado blanco, y utilizarlo para hacer cuadernos de notas en lugar de comprar otros nuevos.
Cuando se acabe la energía de las pilas alcalinas, cámbiarlas por pilas regargables de níquel-hidruro metálico (NiMH) y un cargador. Estas duran mucho tiempo más, lo que ahorra dinero en baterías alcalinas desechables.
Las baterias recargables y las servilletas de tela cuestan más en la compra inicial, pero ahorran dinero con el tiempo. Lo mismo vale para la compra de un purificador de agua en lugar de agua embotellada, o la compra de artículos de uso común en grandes cantidades para la distribución en una localidad, lo que ahorra en combustible si cada uno va a comprar individualmente.
(1) Programa de las Naciones unidas Para el Desarrollo
Para quienes no los han visto y para los que quieran volver a verlos les presento a continuacion los siguientes videos...
Para quienes no los han visto y para los que quieran volver a verlos les presento a continuacion los siguientes videos...
LA HISTORIA DE LAS COSAS
Desde su extracción hasta su venta, uso y disposición, todas las cosas que hay en nuestras vidas afectan a las comunidades, y sin embargo la mayoría de todo esto se oculta. La Historia de las Cosas es un video entretenido, dinámico y cargado de datos, que describe en 20 minutos el lado oculto de nuestros patrones de producción y consumo. La Historia de las Cosas expone las conexiones entre una gran cantidad de problemas ambientales y sociales, y hace un llamado a que nos unamos para crear un mundo más sustentable y justo. Les enseñará mucho, les divertirá y puede que cambie para siempre la visión que tienen sobre las cosas.
LA HISTORIA DEL AGUA EMBOTELLADA
¿De qué forma le hacemos daño, no sólo a nuestra salud , sino también a nuestro planeta cuando consumimos gaseosas y agua embotellada ? Annie Leonard lo explica en este video de forma clara, pedagógica y perfectamente documentada.