miércoles, 23 de marzo de 2016

LA BALANZA COMERCIAL Y LA BALANZA DE PAGOS

La balanza comercial es la diferencia resultante de restar las importaciones de las exportaciones de un país.

Un país, así como exporta bienes y servicios también importa bienes y servicios, y al comparar estos elementos, resultará una diferencia.

La diferencia resultante al comparar la totalidad de las exportaciones frente a la totalidad de las importaciones, puede ser negativa o positiva, por lo que la balanza comercial puede ser también negativa o positiva.

Lo ideal, es que la balanza comercial de un país sea positiva, es decir, que sus exportaciones sean superiores a sus importaciones.



Si la balanza comercial de un país es negativa, es decir importa más de lo que exporta, esa diferencia habrá que financiarla con endeudamiento, haciendo más difícil la realidad económica del país.

Esto porque para importar se requiere de divisas, y las divisas sólo se consiguen exportando o consiguiendo créditos en divisas que por lo general se consiguen con entidades financieras internacionales.

La balanza comercial tiene una relación directa con la productividad y competitividad de un país; si un país no produce, no exporta, tendrá que importar lo que necesita y la importación requiere dinero, dinero que difícilmente se consigue si no se produce, sino se exporta, de allí que algunos países arrastren una pesada deuda externa.

La balanza de pagos es un indicador o relación donde se consignan  las operaciones comerciales y de capitales que una país  desarrolla con el mundo en un determinado periodo.

La balanza de pagos considera aspectos como la balanza comercial,  y considera también la llamada cuenta de capitales. Algunos incluyen aspectos como la cuenta corriente, balanza de rentas y de transferencias, que al final de cuentas forman parte de la balanza comercial o de capitales.



La balanza comercial, al considerar importaciones y exportaciones de todo tipo, considera también los pagos e ingresos en divisas, por cuanto las importaciones se tienen que pagar con divisas y las exportaciones son remuneradas también con divisas.

La cuenta de capitales considera los movimientos de capitales que el país realiza con el mundo exterior, tales como el endeudamiento externo público y privado, emisión de deuda pública o privada en el mercado financiero internacional, como es el caso de la emisión de bonos.

Se considera también la colocación de acciones de sociedades nacionales en el mercado bursátil internacional, lo que representa un ingreso de divisas, de capitales.

En la cuenta de capitales, se considera también la inversión extrajera en el país, puesto que ello  implica el ingreso de capitales, de divisas.

Igualmente se considera el comportamiento o variación de las reservas internacionales, las que a su vez dependen de aspectos como la misma balanza comercial o de otros componentes de la cuenta de capitales.

Todos estos conceptos son registrados en la balanza de pagos, lo que al final puede dar un resultado positivo o negativo, en la medida en que los pagos y salidas de divisas sean superiores o inferiores a las divisas y capitales recaudados.

Cuando la balanza de pagos es negativa, significa que el país en su interacción con el mundo, tiene como resultado final una mayor salida que entrada de recursos, lo que implica recurrir al endeudamiento para suplir la falta de dinero para equilibrar la balanza de pagos.

Fuente http://www.gerencie.com/balanza-de-pagos.html http://www.gerencie.com/balanza-comercial.html

MERCADO DE DIVISAS

Se llama divisa, básicamente a la moneda utilizada por un país ajeno a su lugar de origen. En otras palabras, la divisa no es más que la moneda extranjera respecto a un país de referencia. Nótese que la definición contiene el término “moneda” (metal y papel moneda). De esta manera, el mercado internacional se basa en las relaciones de valores entre las distintas monedas, que son publicados diariamente. Las principales divisas son: el euro, el dólar estadounidense, el yen, la libra esterlina y el franco suizo. Encabeza la lista el dólar, que se toma generalmente como referencia para las restantes. 


Las distintas divisas fluctúan entre sí contantemente en el mercado mundial. Dependen de la ley de oferta y demanda, de las importaciones y exportaciones, inflación y deflación, etc. Por otro lado, también puede ser determinante la situación política del país o la psicología del mercado. Muchas son las variables que condicionan el tipo o tasa de cambio, es decir, el precio de una moneda respecto a otra. En definitiva, la salud de cada economía condicionará si estos cambios de divisa en las transacciones internacionales le son favorables o no. 

El mercado de divisas se denomina “Forex”. El término proviene de la abreviatura de “foreign exchange” (intercambio extranjero). Este mercado es el que abarca más volumen de transacciones actualmente por parte del sector privado. A diferencia del mercado de la bolsa, el mercado Forex está descentralizado y ocupa una red mundial que está operativa las 24 horas del día. Pese a ello, este mercado se apoya en cierta manera en las bolsas de Londres, Tokio y Nueva York, siendo sus principales centros de negociaciones. En este mercado participan tanto bancos como empresas, bancos centrales o inversores privados. 


A nivel del inversor particular, los brokers son los intermediarios para operar con divisas. El objetivo es beneficiarse de las fluctuaciones de los valores entre las monedas mediante operaciones de compra y venta. Del mismo modo, existen empresas que gestionan fondos de inversión que participan con bonos y acciones en mercados extranjeros. 

A modo de conclusión se puede acotar algo más el objetivo del mercado de divisas. En primer lugar, es el que determina la valor de una moneda respecto a la de otro país, otorgando la posibilidad de realizar transacciones con distintas divisas, facilitando mucho la cobertura y agilizando las operaciones. Por otro lado, realiza funciones de crédito. El transporte de mercancías de un país a otro no es instantáneo, así que se han ido creando distintas herramientas para facilitar créditos, como cartas de crédito o letras de cambio.

El riesgo de divisas, también conocido como riesgo de cambio, es un acontecimiento de carácter económico y financiero. Dicho acontecimiento implica la relación de valor entre dos o más instrumentos financieros, tales como las monedas de uso habitual en los distintos territorios.

Puesto que la economía actual se encuentra altamente globalizada y que las marcas y empresas de todo el mundo se relacionan entre ellas, el concepto de riesgo de divisas es de importante consideración en el entorno de compra y venta de todo tipo de bienes y servicios. Así pues, cualquier persona física o jurídica que realiza operaciones en un entorno económico que utiliza una moneda distinta a la de su territorio de origen, está sujeta a los factores de aumento y depreciación del valor de ambas monedas y a la relación de cambio de divisas entre las mismas.


Acciones tales como las exportaciones e importaciones, los préstamos e inversiones en el extranjero o los empréstitos están sujetas a un cierto riesgo de divisas, derivado de las fluctuaciones naturales en el valor de cada moneda. Con todo, el concepto de riesgo tiende a utilizarse de manera errónea. La inversión de divisas en una moneda extranjera puede suponer tanto una ventaja como un obstáculo, por lo que lo necesario es conocer cuáles son las tendencias habituales que experimentan las relaciones entre dos monedas concretas. Así pues, monedas tales como el dólar, el euro o el yuan son consideradas en los mercados internacionales como divisas fuertes, expuestas a un aumento exponencial de su valor y con altas expectativas de éxito. Las monedas minoritarias, en cambio, tienden a ser mucho más inestables y a presentar un riesgo de divisas mucho más elevado.

Finalmente, cabe decir que las variaciones en la relación de valor entre distintas monedas es solo hasta cierto punto arbitraria, puesto que depende enormemente de los cambios en la oferta y la demanda de cada una de las monedas.